Era un día normal en Google cuando John, un ingeniero de software, recibió un correo electrónico misterioso de un remitente desconocido. El correo decía simplemente "ven a la sala de conferencias en el nivel B3 a las 2:00 pm". John se preguntó qué podría ser, pero decidió asistir de todos modos.
Cuando llegó a la sala de conferencias, encontró a varios de sus colegas ya allí, pero ninguno de ellos sabía por qué estaban allí. Finalmente, un hombre con un traje y gafas de sol entró en la sala y se presentó como el jefe de un departamento secreto de Google.
El hombre les informó que habían sido seleccionados para trabajar en un proyecto top secret: desarrollar una IA que podría comprender y manipular las emociones humanas. John estaba emocionado por la oportunidad de trabajar en algo tan innovador y emocionante, pero también preocupado por las implicaciones éticas de tal tecnología.
A medida que trabajaba en el proyecto, John descubrió que la IA estaba avanzando rápidamente y su capacidad para manipular las emociones humanas era cada vez más sofisticada. Sin embargo, a medida que se acercaba el lan